Berta Elvira Fuentes, Profesora del Taller de Folclore.

1 octubre, 2014

Agradezco a la casa de la cultura poder educar a las nuevas generaciones, porque creo que nunca dejaré de enseñar guitarra; por eso me gustaría hacer del folclor una institución.

Su vida

Nací en la región Metropolitana, específicamente en Estación Colina, que era un pueblito cercano a la comuna y que perteneció a Colina.

Bueno, mi abuelo vivía en Lo Arcaya, y en aquellos años trabajaba como cochero, y como antiguamente para llegar a Colina primero se debía alcanzar estación Colina, en esos recorridos mi abuelo conoció a mi abuela, la cual era llavera en un fundo, y entre esa unión nació mi papá.

Por otra parte, mi madre era de otra comuna de la Región Metropolitana y se conocieron con mi padre por la cercanía que tenía él con familiares de ese sector, y ahí empezó el amor, amor del cual nací yo. Pero no soy la única de esa unión, somos 8 hermanos; 3 mujeres y 5 varones.

¿Cómo es vivir en una familia de muchos hermanos?

Es entretenido, porque siempre en mi casa había mucha gente; siempre estaban los amigos de todos, por lo que fue una casa que cobijaba a muchas personas, y con mucha alegría por lo demás.

Cuando era joven yo estudiaba fuera de estación Colina, y recuerdo que el trayecto hacia mi casa eran 11 kilómetros, los cuales muchas veces los hice a pie junto a mis hermanos y compañeros; Eran momentos hermosos; disfrutar de esas caminatas jugando y riendo es algo que aún no puedo olvidar.

¿Cuándo nace el gusto por el Folclor?

Mi gusto por la música nace conmigo, con mi padre y mi abuelo.

Mi abuelo aprendió a tocar acordeón sólo, y nosotros cantábamos con él y después con mis padres, entonces yo a los 2 años ya cantaba, y más aún porque todos mis hermanos también cantaban. Hasta el día de hoy al reunirnos guitarreamos y cantamos todos.

Hoy en día tengo la oportunidad de ser profesora en la casa de la cultura, y con ello realizar todos los miércoles a las 19 horas, hasta octubre, el TALLER DE FOLCLORE en el Centro Cultural de Colina, y desde noviembre el TALLER DE INVESTIGACIÓN Y RECOPILACIÓN DE FOLCLORE. Ambos son una excelente plataforma para cultivar las tradiciones chilenas, y estoy enormenmente agradecida por la oportunidad de hacer crecer nuestra cultura nacional.

¿Cuándo comienza su trabajo para dar a conocer aún más la música folclórica?

Cuando estaba en la universidad me preocupaba la poca importancia que tenía el folclor, sentía que sólo se tomaba en cuenta para las fechas transcendentales y como a mí me gustaba mucho, me sentía como aislada, entonces cuando llegué a trabajar como profesora a la Escuela Base Aérea en Colina nace mi necesidad de entregar a los niños esto tan hermoso como lo son las tradiciones chilenas. ¿Usted es profesora de música? (Sonríe) No, yo soy profesora de Ciencias Sociales en básica, pero también hice muchos años lenguaje y comunicación, sin embargo por una cosa natural comencé a hacer música, que es algo que me encanta, pero yo no soy profesora de música.

El comenzar a hacer estos “talleres” de música fue la chispa que encendió esta hoguera de enseñar las tradiciones, y con el tiempo me convertí en la profesora de folclor.

¿Cuándo se crea el grupo Talhuén?

Cerca del año 81, Colina, siendo una comuna de tradiciones, no contaba con un grupo folclórico que asistiera a los eventos cívicos, y por iniciativa de las autoridades, creamos este grupo para asistir a los eventos importantes. ¿Por qué la contactan a usted y no a otra persona? Yo ya era conocida por la conformación de grupos; formé el grupo “Coral” de niños y después organizamos el encuentro “Coral”, y ese evento me hizo conocida ante las autoridades.

En el grupo Talhuén comenzamos 36 personas, y con el paso de los años ha ido rotando la gente, pero siempre me he mantenido hasta el final, porque yo empecé. ¿Seguirá con el grupo hasta su final? (Silencio) ¿Se puede decir que estará con el grupo hasta sus últimos días? (Entre lágrimas). Somos poquitos los que hoy estamos en el grupo, porque a veces a la gente no le gustan estas cosas, y es ahí donde yo digo ¡esto no puede morir! y me pongo contenta al ver en los niños el ánimo de aprender estas tradiciones. Quizá este es mi destino; o mi incansable lucha para que esto no muera. Sé que navego sola de repente en esto, sin embargo hay gente que me apoya. ¿Cómo quién? Mi hermana Marta. A ella le agradezco con el alma porque con ella me puedo desahogar.

Su familia

Soy separada, y de esa unión nacieron dos hijos. El mayor es profesor de música y el menor bailaor de flamenco.

Mi hijo mayor ha sido siempre un apoyo (silencio). Hubo pasajes del grupo muy difíciles, porque a la gente a veces les cuesta aprender a tocar el folclor y por ello prefieren lo popular, y desde los 8 años de mi hijo mayor me acompañó tocando el tormento, luego la guitarra, y ya más grande, el acordeón. Cuando alguien por ahí lee “Mi familia en esto ha sido fundamental”, yo ahora me doy cuenta, en esta entrevista, que mis hijos y mi hermana han sido fundamentales; y de corazón se los agradezco.

En lo folclórico ¿Cuáles han sido sus mayores logros?

Afortunadamente tengo esa capacidad de componer de música, letras y canciones, y eso ha sido un gran logro, porque la gente ha entendido lo que hemos querido entregar, entonces mi mayor provecho es que esas composiciones hayan podido ser apreciadas en las diferente presentaciones que realizamos en la comuna, siendo lo más importante el haber podido entregar mensajes de la historia de nuestras raíces.

¿Qué espera para el futuro?

No sé cómo explicarlo.

Me gustaría que el folclor tuviera un espacio arraigado en la comuna, que se consolide como una institución, y desde ahí seguir trabajando y apoyando a la gente.

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