Este 12 de mayo fue llevada a cabo la inauguración de dos exposiciones de pintura permanente en la que sus autoras buscaron plasmar por medio de técnicas diversas sus sentimientos más íntimos: Claudia Cabello con lo fugaz de las circunstancias, y Carolina Oliva con esa capacidad perenne de algunas memorias.
Para “Pausa Textil”, Oliva fusionó el arte visual con el del tejido y llevó a cabo una serie de obras que entremezclan las técnicas del bordado, el batik y el fieltro.
“Lo textil es algo que yo traigo desde la niñez, estuve en una familia en la que mi mamá cocía, mi abuela tejía, otra tía bordaba y en el fondo siento que tengo ese aprendizaje dentro de mi ADN”, explica la pintora que a pesar de especializarse en arte visual consideró que el legado familiar fue el impulso que la llevó a practicar con telas hasta crear su identidad como artista, pues muchas veces la cotidianidad se convierte en un tema de expresión.
Una combinación de bordados, teñidos y relieves envuelven los recuerdos femeninos tanto de las mujeres que han pasado por la vida de Carolina Oliva como los suyos, pues en el fondo según explica “el arte textil ha sido para mí una sanación (…) todo el trabajo con las manos ha sido un enriquecimiento espiritual, conocerme a mí misma y compartir con otras mujeres (…) saber sobre la sanación colectiva entre mujeres ha sido como volver a las culturas ancestrales de las madres”.
Los siguientes pasos artísticos de Oliva sigue el rumbo de la identidad chilena; ahora se dedicará a un proyecto que trabaja en honor a las culturas étnicas del país que involucra a la cultura Mapuche y sus ancestros.
Por su parte, la artista Claudia Cabello dio muestra del calor que encierra su inspiración en una serie de cuadros bautizados como “Complementarios Informales” con los que proyectó cómo las circunstancias de la vida la han llevado a romper con los patrones.
“Yo creo que pasamos por momentos en que la paciencia falta, en los que el tiempo falta y de alguna forma este tipo de pintura me hace drenar cosas que estaban muy guardadas. Eso fue lo que me llevó a pintar de manera informal”, argumenta Cabello quien calificó de espontanea su afinidad por los colores cálidos.
“Siempre tuve la paleta de colores completa y de alguna forma la mano siempre se me iba hacia azules, naranjas, rojos; al final terminé armando algo que surgió complementario”.
Sin embargo, los futuros proyectos de la pintora envuelven la misma técnica, pero con un giro: “Tengo un proyecto bastante parecido, pero más limpio en el sentido en que la serie de colores estarán basados en el blanco, el negro, el rojo y aplicaré técnicas nuevas con látex”.